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Hacinamiento interpretativo

 

Hacinamiento interpretativo

 

Esta pequeña entrada la van a leer muchos de mis compañeros de clase. Los de 4º de licenciatura de TeI de la Complutense de Madrid (o del CES Felipe II, como una amiga se ha empeñado hoy en repetir mil veces) sabemos muy bien lo que denimo hacinamiento interpretativo.

Dícese del suceso en el que varios estudiantes de interpretación ven como tienen que compartir una cabina con otros tres compañeros mínimo.

 

Lo cierto es que la situación está llevada un poco bastante al límite. Desconozco si las cosas han funcionado o funcionan en otras universidades como funcionan (al menos para nosotros, pobrecitos de licenciatura) en esta universidad.

 

Por motivos administrativos (ser el último año de licenciatura y dar cierto privilegio a los de grado) y económicos (recortes de dinero) nos llegó el año pasado noticias de que nuestras clases de interpretación se iban a ver superpobladas (las de consecutiva de inglés tenían más de 50 matriculados; las de francés unos 23; las de alemán se veían muy sueltas con 5, si no estoy equivocado). Con los de 4º y en simultánea no hubo mucho problema. el problema nos llegó a los de 3º. Nos vimos obligados a la división de clases (por la rotunda negativa de la vicerrectoría de abrir más grupos) para tener un grupo más o menos ideal en las clases: unos 10 alumnos maximísimo.

 

Ya en 4º tuvimos que repetir el proceso con las clases de Técnicas de Interpretación Consecutiva, en las que en el caso de inglés éramos unos 80 matriculados (prácticamente toda la promoción) y en francés unos 40-50. En el caso de inglés sí que tuvimos que volver a desdoblarnos en grupos para poder conseguir unas clases medio decentes.

 

De las simultáneas ni hablemos. Nuestro centro cuenta con una clase en la facultad con 4 cabinas (8 puestos) más un laboratorio en otro edificio con 11 cabinas funcionales (22 puestos). Todo esto son estimaciones, puesto que raro es el día en que funcione todo como dios manda. En Simultánea FR-ES I y II cabemos de milagro (siempre suele haber la llamada población fantasma: gente matriculada que se pasa más bien poco, por no decir nada), pero con Simultánea EN-ES I y II no tenemos tanta suerte: volvemos a desdoblarnos para poder caber en las cabinas y poder hacerlo todo medianamente bien. Y el despiporre vuelve con Técnicas de Interpretación Simultánea (troncal, al igual que Téc. Interp. Consec.) con lo cual nos volvemos a juntar 80 y 40-50 en inglés y francés respectivamente. Aquí sí que tenemos dos grupos de inglés (que a su vez están desdoblados, como el de francés), pero aún así no es como debería ser.

 

También sin contar que algunos de los grupos se tienen que desdoblar una vez más (con lo cual tenemos una especie de 1/8 de matriculados, unos 8-10 de inglés) y aún así no cabemos a veces en el aula de interpretación (el de los 8 puestos)… En fin, una locura que es mejor que no penséis y que no os pase.

 

¿Lo único bueno? Nuestros profesores, que se han partido el coco para ver cómo incluirnos a todos como mejor han podido en todas las clases y dándonos un reparto justo. Al menos por ellos, y a pesar de las condiciones injustas que nos han tocado, puedo ver que se consigue interpretar y que enseñan de fábula, por compañeros que antes no dieron interpretación y que han sacado discursos de forma muy digna.

 

Eso sí, mi mensaje para todos aquellos de fuera es que no permitáis que os hagan esto y que actuéis todos (en piña, arriba el compañerismo, la cooperación y la solidaridad) para que podáis tener todos las clases que merecéis, en las condiciones en las que tienen que darse.

 

Fuente de la imágen: blog En clave de fo (me ha parecido graciosa e ilustrativa)